Hablamos de diversidad funcional, en concreto de los perfiles con menos necesidades de apoyo. Aquellas personas que tienen un menor grado de discapacidad o afectación.
Hay mucho más que decir, pero en mi experiencia con niños, jóvenes y adultos estos son los 4 aspectos más llamativos.
¿Estás de acuerdo? ¿Añadirías alguno?
1. Muchos no tienen un diagnóstico temprano. Debido a que tienen más habilidades, pasan más desapercibidos cuando son pequeños o sus dificultades no son apreciadas tan graves.
2. Sus dificultades son a veces invisibles e incluso puestas en duda. Me he encontrado muchos casos en los que las familias ponen en duda los diagnósticos, algo que puede ser comprensible en cierta medida. Pero mucho más llamativo es cuando son profesionales (incluidos los del centro educativo, que no están cualificados para diagnosticar).
3. Como tienen dificultades menos notorias se suele esperar más de ellos en todos los contextos. También suelen recibir menos apoyos. Esto es lógico, pero hay que tenerlo muy en cuenta ya que suele dar lugar a frustraciones para los chicos.
4. Al tener más habilidades, suelen ser conscientes de sus dificultades y también, aunque no comprendan del todo la causa, son conscientes cuando se les trata diferente. Esto genera muchísimo dolor y a veces cuadros de ansiedad e incluso depresión.
5. Ya sé que eran cuatro pero se me olvidaba, no por tener menos dificultades no significa que que precisen menos terapia. lo que precisan es un apoyo individualizado y adaptado a las necesidades que surgen en cada etapa vital. siempre de la mano de un profesional cualificado y especializado.
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